11 Ago
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Cómo tener unos dientes perfectos ha pasado a ser tendencia

Publicado en Blog

"El sonreír sin complejos aumenta nuestra autoestima y la seguridad en nosotros mismos. Por eso, cada vez más nos preocupamos por la posición, color, forma y tamaño de nuestros dientes y que todo ello esté en proporción y equilibrio con nuestra estética facial", responde la odontóloga Patricia Palma Maldonado, CEO de P&P Clinic, al ser cuestionada por este auge de su especialidad, algo en lo que está completamente de acuerdo la doctora María Moya, directora de la clínica madrileña Ortofamily -"una buena sonrisa es una gran carta de presentación", dice-, que además añade como segunda causa los avances técnicos: "Cada vez utilizamos técnicas menos invasivas para nuestros pacientes y con mejores resultados".

Los tratamientos de corte más clásico, que vienen de lejos aunque se actualizan las metodologías gracias al desarrollo de las técnicas, conviven con algunos más novedosos que están ayudando a dar visibilidad al trabajo de los expertos bucales. "Lo que más nos encontramos son tratamientos de ortodoncia y tratamientos de implantología", explica la doctora Moya, que además destaca de ambos que "son eficaces y con resultados a largo plazo. Las respuestas son positivas en un 95% de los casos, por lo que el paciente está tranquilo en obtener un buen resultado, tanto estético como funcional".

Nuevas tendencias en auge

Junto a este tipo de trabajos están apareciendo nuevas tendencias. Una de las más demandadas actualmente, en concreto, son las microcarillas dentales, un tratamiento que consiste en aplicar sobre la dentadura una capa de porcelana muy fina, del grosor aproximado de una lentilla de contacto, con un adhesivo especial para modificar el diente en color y tamaño. "Están recomendadas para todas aquellas personas que deseen cambiar el color, forma o tamaño de sus dientes e incluso corregir pequeñas malposiciones dentarias", explica la doctora Palma Maldonado.

El principal aporte estético de esta técnica, para la doctora Moya, es que ayuda a conseguir unos dientes de aspecto mucho más natural -cada vez más demandados por los clientes- que ese blanco nuclear que, efectivamente consigue una apariencia de boca limpia y cuidada, pero no deja de parecer algo artificial. La odontóloga Patricia Palma concreta muy bien en pocas palabras esta y todas las demás virtudes que ofrece el tratamiento: "Podemos conseguir tener una sonrisa mucho más perfecta y proporcionada, cambiar el color de nuestros dientes de forma definitiva, su forma y tamaño".

A nivel técnico, lo fundamental es que se trata de una metodología de trabajo muy poco invasiva porque basta con pulir la superficie del diente en vez de tallarlo. Además, los resultados esperados se consiguen de una manera muy rápida, en apenas cuatro sesiones como máximo según los expertos.

Fuente: ABC.ES